Nar-Anon no está aliado con ninguna secta ni religión. Es un programa espiritual, pero no se basa en ninguna religión en particular. Todos son bien recibidos, no importa cual sea su afiliación e incluso si no pertenece a ninguna religión. No echemos a perder nuestra finalidad entablando discusiones sobre determinadas doctrinas religiosas.
Nos reunimos para ayudarnos a nosotros mismos y ayudar a los demás para que aprendan y utilicen la filosofía de Nar-Anon. La murmuración no puede formar parte de nuestro programa. No hablamos de los miembros ni de los demás, ni particularmente del adicto. Nuestra dedicación al anonimato hace que la gente tenga confianza en Nar-Anon. La repetición despreocupada de asuntos oídos en las sesiones puede arruinar el verdadero propósito por el cual nos reunimos.
Nuestros dirigentes son elegidos no para gobernar sino para servir. Ningún miembro de Nar-Anon debe mandar, asumir autoridad, ni dar consejos. Nuestro programa está basado en sugerencias, intercambio de experiencias y coordinación por turnos. Cada persona progresa a su manera. Cualquier intento de dirigir o mandar probablemente tenga consecuencias desastrosas para la armonía del grupo.
Sólo por hoy...
Tendré un programa. Quizá no lo siga con exactitud, pero lo tendré. Me libraré de dos plagas, la prisa y la indecisión.